Efectos de la castración en las mascotas

Una práctica muy frecuente cuando se decide tener caninos o felinos como mascotas, independiente del sexo, es la castración. Adicional a la consecuencia natural de evitar la reproducción, la castración tiene otros efectos en los animales a los que se les practican.

Existen varias técnicas que se utilizan en los machos (perros o gatos), pero la más común es la remoción quirúrgica de los testículos. De esta forma se elimina la fuente de producción de espermatozoides y de las hormonas testiculares que influencian la conducta sexual.

En los machos, la castración les aminora el apetito sexual y en consecuencia, se puede observar una disminución (no eliminación) de conductas agresivas, reduciendo la posibilidad de encuentros violentos con otros animales, incrementando la seguridad y la tranquilidad al momento de sacarlos de paseo; además impulsa a una mayor sociabilidad entre ellos. Por otro lado, debido a la eliminación de las hormonas masculinas, se puede apreciar una marcada disminución de la marcación del territorio a través de la orina y una reducción en la motivación por vagabundear en busca de hembras en celo, conductas habituales en machos enteros.

En las hembras la primera elección es la extracción, también a través de cirugía de los ovarios e incluso en algunos casos, acompañada de la eliminación del útero. Como en los machos, la producción de hormonas y de las células reproductivas, llamadas óvulos en las hembras, está eliminada de manera definitiva.

Se ha evidenciado que en las hembras se disminuye la presentación de tumores mamarios; los procesos de pseudo preñez (conocidos como embarazos sicológicos) son eliminados de manera definitiva, así como las infecciones de tipo genital y reproductivas. Sin embargo, se puede incrementar el riesgo de incontinencia urinaria en hembras mayores.

En ambos, machos y hembras, una conducta que se presenta con alguna frecuencia, es la disminución de la actividad y en algunos casos, el incremento en el consumo de alimento cuando éste se ofrece erróneamente a voluntad.  En consecuencia, puede haber sobre peso y a veces llegar hasta obesidad, que es un factor de riesgo de muchas enfermedades graves. Algunos estudios también reportan incremento en la presentación de hipotiroidismo en machos y de fractura de huesos en hembras con castración temprana.

En resumen, la práctica de la castración debe ser una decisión que tiene que ser muy bien analizada, pero que se convierte en la mejor elección cuando se quiere tener una mascota de manera responsable evitando la reproducción indeseada y no programada.

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